La selección natural según predicaba Darwin, junto con la evolución de las especies, hacen que un individuo de una determinada especie se adapte al medio, con lo que encontramos que el mejor adaptado es el que sobrevive. Algo análogo ocurre con las empresas hoy en día: no sobrevive la más fuerte sino la que mejor se adapta. Pero ¿con qué mecanismos de adaptación cuentan las empresas? ¿Cómo evoluciona el medio y con qué rapidez? ¿Por qué desaparecen las más fuertes?
Según cuenta el propio Charles Darwin, sucedió que leyendo por diversión el ensayo sobre la población de Malthus, comenzó a estar bien preparado para apreciar la lucha por la existencia que se da en todas partes a partir de observaciones a largo plazo de los hábitos de animales y plantas, y de inmediato, le impactó el hecho de que bajo tales circunstancias las variaciones favorables tendieran a ser preservadas, mientras que las desfavorables serían destruidas. El resultado de esto sería la formación de nuevas especies, y en palabras de Darwin ‘Aquí, por tanto, por fin había una teoría con la que trabajar’.
El resultado de esta teoría no es otra cosa que ‘El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida’, hacia 1859.
- En esta revolucionaria teoría para la época se dan las siguientes subcategorías:
- El hecho de la evolución
- La postulación de un origen común para todos los organismos
- La diversificación de las especies
- El gradualismo
- La selección natural
Fuente: Frontispiece to Huxley’s Evidence as to Man’s Place in Nature (1863)
Mediante la teoría del origen común, Darwin logró integrar evidencias procedentes de campos tan dispares como la bio-geografía, la paleontología, la anatomía o la embriología. La convergencia de todas estas evidencias demostraba la comunidad de descendencia de todos los organismos vivos y extintos. De este modo, Darwin ofrecía una demostración sistemática de la evolución de las especies, generadas todas a partir de un tronco común, cuya diversidad era fruto de cambios graduales (el gradualismo) y no de catástrofes o de inmovilismos, y también de la selección natural, es decir, de la mejor adaptación al medio.
Una situación análoga se puede dar con el mundo empresarial y económico hoy en día. Podríamos elaborar una teoría en la que el medioambiente estuviera compuesto de empresas de diferentes áreas (individuos de diferentes especies), cuya supervivencia dependiera de la adaptación al medio de cada una de ellas, y que su permanencia en el medio (el mercado) depende más de cambios graduales que no de catástrofes puntuales. Salvando el hecho de que todas las empresas-especies derivan de un tronco común, que también podría ser postulado, nos queda por averiguar con qué mecanismos cuentan dichas empresas para la adaptación a los cambios en el mercado y la búsqueda de la certidumbre.
La teoría de la evolución de las especies la explica el propio Darwin de manera sucinta y sencilla al inicio de su obra: ‘Como de cada especie nacen muchos más individuos de los que pueden sobrevivir, y como, en consecuencia, hay una lucha por la vida, que se repite frecuentemente, se sigue que todo ser, si varía, por débilmente que sea, de algún modo provechoso para él bajo las complejas y a veces variables condiciones de la vida, tendrá mayor probabilidad de sobrevivir y, de ser así, será naturalmente seleccionado. Según el poderoso principio de la herencia, toda variedad seleccionada tenderá a propagar su nueva y modificada forma.’
Aquí tenemos el germen de la teoría de Darwin, y también de la nuestra. Es decir, tenemos una continua lucha por la permanencia en el mercado, en un mercado saturado y limitado, y que toda empresa que implemente un cambio, que podemos llamar innovación, por pequeño que sea, puede redundar en mayor probabilidad para permanecer en ese mercado variable, casi de manera natural. Y según el poderoso principio de la herencia, toda empresa seleccionada tiende a propagar su modificada forma, es decir, otras implementarán estos pequeños cambios y los asumirán como propios.
Dibujo del matemático Escher donde elige peces y aves para dividir una superficie plana. Ambas formas se entrelazan y presentan un motivo doble: son peces y aves. Queda sugerida la evolución de las especies como una forma de desarrollo y transformación. Sólo hay coexistencia en el «eje de simetría» horizontal
Darwin argumentó de manera vehemente un origen común de las especies pero evitó el entonces controvertido término «evolución”, ya que suponía un enorme y trascendental cambio en la mentalidad de la época porque significaba que el hombre como se conocía no siempre había sido así, sino que era la consecuencia de una larguísima cadena de generaciones de individuos de diferentes especies.
¿Es esto aplicable al mundo empresarial? ¿Se puede hablar de evolución de empresas? Sin duda. Muchos ejemplos corroboran esta afirmación, como por ejemplo el de Virgin Megastore, especializada en la venta de música y entretenimiento por todo el mundo y ahora especializada en vuelos comerciales con la rama Virgin Atlantic. O la compañía Reuters (hoy ThomsonReuters) que comienza transmitiendo valores de la bolsa y hoy en día es líder en información legal, tecnológica y de noticias. O más recientemente la compañía Warner, los famosos estudios de Hollywood, han comprado portales de Internet.
¿Por qué estas compañías actúan así? ¿Cuáles son esas pequeñas variaciones que marcan la permanencia de una empresa? Evidentemente toda empresa es consciente de que no puede permanecer inmutable en un entorno continuamente cambiante. Esas variaciones que en la teoría de Darwin son de origen genético y adaptativo, en el mundo empresarial tienen que ver con investigación, análisis, revisión de la tecnología y la industria, sintonía con las demandas de los clientes, cuestionarse sobre la ventaja competitiva, observar a la competencia, aprender de las buenas prácticas, añadir valor, interacción con otros negocios, análisis de riesgos, etc.
Sergio Larreina
Director Inteligencia Competitiva – Pons Patentes y Marcas