Por Francisco Ullate, Human Resources Director y alumni de DIBEX.
El mundo laboral está cada vez más intermediado por la tecnología y la automatización, bien a través de robots, bien a través de humanoides y, todo ello, aderezado con mucha inteligencia artificial y algoritmos.
Si bien la humanidad no ha dejado de evolucionar desde que existe, la velocidad de esa
innovación se ha visto acelerada en los dos últimos lustros.
Las noticias a las que me refiero provienen de uno de los gigantes del comercio electrónico, y ambas hablan de lo mismo pero afectando a colectivos diferentes, y este hecho lo hace peculiar.
La primera información implica al área de selección de los departamentos de recursos humanos, ya que a través de robots con inteligencia artificial son capaces de predecir con mayor éxito que candidatos deben ser contratados. La consecuencia es que esta transferencia de carga de trabajo de las personas que se encargaban de estas tareas hacia estos robots, parece ser que ha provocado una serie de despidos de estos primeros.
La tecnología utilizada se denomina AAE (Automated Applicant Evaluation), evaluación de solicitantes automatizada, y tuvo sus comienzos a mediados de la década de 2010, pero en aquel momento, se dejó de utilizar al comprobarse que existía cierto sesgo de género. Es ahora cuando la misma se ha mejorado y ha corregido las posibles desigualdades que pudo albergar en sus inicios.
La segunda noticia llega en estos días desde Massachusetts, donde Amazon (desde su fábrica de Westborough) ha presentado a los medios como construye robots que están transformado la industria de la logística. Amazon Robotics, conjuntamente con otra planta en el mismo estado, tiene ya una capacidad para fabricar 330.000 robots al año. Brazos robóticos y utilización de drones que permiten la preparación, la clasificación de mercancía y entrega de la misma con apenas intervención humana. Según la información proporcionada por la compañía, el 75% de los pedidos se gestionan parcialmente por robots.
A diferencia de otras revoluciones industriales, en esta última observamos que la tecnología está afectando tanto a los trabajadores de cuello azul (que fueron los más afectados en los anteriores cambios de época) como a trabajadores de cuello blanco, y que creían que con cursar estudios medios o superiores podían tener asegurado su puesto de trabajo.
Ambas noticias comentadas tienen un nexo en común, la utilización de robots y despidos, sustitución de mano de obra humana por máquinas.
¿Existe una correlación directa o simplemente Amazon está ajustando su plantilla por miedo a una posible recesión? 10.000 empleados serán despedidos según The New York Times.
Cualquier compañía busca ser más competitiva, y no podemos negar que las maquinas incrementan la productividad. La comparación puede ser odiosa si hablamos de absentismo, permisos retribuidos por cualquier causa o vacaciones, por no hablar de costes asociados a los mismos en términos de seguridad social e impuestos, y todo ello sin entrar a valorar otros aspectos también importantes como una menor siniestralidad laboral.
Pero también es cierto, que una compañía más competitiva, tiene más recursos para seguir contratando personas, que a su vez eleven el nivel de automatización de la misma y provoquen un círculo virtuoso. Este es el argumento esgrimido por Amazon desde que hace diez años se empezaran a fabricar robots (520.000), de hecho la compañía ha crecido en más de un millón de empleados en todo el mundo.
Si echamos una mirada hacía el otro lado del mundo, China no se queda atrás en la carrera de la automatización y de la robótica. Según la Federación Internacional de la Robótica, especialmente en el sector industrial “el país tiene más robots industriales que cualquier otro, y solo este año superó a los Estados Unidos en cuanto a la cantidad de robots industriales per cápita”.
Como en el país de referencia, esta transformación ha producido el mismo efecto, la destrucción de empleo, así Foxconn, el principal proveedor de Apple, reemplazó por robots más de 400.000 trabajadores entre 2012 y 2016.
Y no solamente eso, en un informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica, los
profesores de economía Osea Giuntella de la Universidad de Pittsburgh, Yi Lu de la Universidad Tsinghua y Tianyi Wang de la Universidad de Toronto, afirman utilizando datos de más de 15.000 familias, que la fuerza laboral sufrió problemas de adaptación a los profundos cambios provocados por la robótica, que esa misma exposición a los robots condujo a una disminución de la participación en la fuerza laboral (-1%), el empleo (-7,5%) y los salarios por hora (-9%) de los trabajadores chinos», y entre los que mantuvieron su puesto de trabajo la cantidad de horas trabajadas aumentaron en un 14%.
Con toda esta información parece claro que va a existir y que ya estamos viviendo un periodo de desajuste, es cierto que en un primer lugar los trabajadores pueden verse desplazados de sus puestos de trabajo, e independiente de las legislaciones de cada país, siempre es más fácil despedir que contratar perfiles cualificados que todavía no existen en número suficiente. Pero por otra parte, estamos condenados a entendernos con estos nuevos compañeros de trabajo y a considerarlos aliados en vez de competidores.
Está claro que en este proceso de transformación vamos a necesitar un periodo de adaptación, donde la formación va a jugar un papel determinante a través de un reskilling y upskilling, de replantearnos nuestros actuales modelos de trabajo, de ver la botella medio llena en vez de medio vacía y de aprovechar las oportunidades que este nuevo entorno está produciendo, liberar a los trabajadores de las cargas más tediosas y repetitivas, determinar que pueden hacer las máquinas mejor que nosotros, y que podemos hacer nosotros mejor que ellas, porque siempre vamos a ser diferentes.