En un mundo cada vez más conectado, el poder de Internet y las posibilidades que ofrece se convierten en herramientas clave para impulsar el crecimiento de las empresas. El Growth Hacking emerge como una disciplina que se enfoca en aprovechar al máximo estas herramientas digitales para alcanzar resultados extraordinarios.
A diferencia de las estrategias tradicionales de marketing, el Growth Hacking se basa en la creatividad, la experimentación y la agilidad para lograr un crecimiento rápido y sostenible. Llegar al cliente de forma creativa y única se ha convertido en una de las principales tareas de los profesionales del marketing. Algunos programas de formación como el Máster Internet Business (MIB) de ISDI, preparan a los expertos en negocio y tecnología digital para enfrentar los nuevos retos de la era digital, explorar nuevas estrategias y formas de alcanzar al consumidor final.
¿Qué es el Growth Hacking?
Se denomina Growth Hacking al conjunto de estrategias y técnicas que tienen como objetivo promover un crecimiento rápido y sostenible, consiguiendo captar la atención de una gran cantidad de clientes a bajo coste, y, por ende, el resultado es una inversión pequeña en recursos que se traduce en grandes beneficios.
La puesta en marcha de este tipo de estrategias destaca por ser creativas, arriesgadas e innovadoras. Es importante que además de atraer al cliente, este tipo de metodología consiga que vuelvan posteriormente a la marca.
¿Qué es un Growth Hacker y qué habilidades debe tener?
A la cabeza de este tipo de estrategias encontramos al Growth Hacker, una de las figuras clave actualmente en las empresas. La tarea de este profesional se centra en el crecimiento de un producto en el entorno digital, con objetivo de hacerlo crecer de forma sostenible, pero en periodo muy corto de tiempo y conseguir maximizar los ingresos que deriven de la ejecución de la estrategia. Más a más, el uso del Growth Marketing será crucial para llegar a los objetivos de negocio.
Pero ¿Cómo puede este profesional alcanzar sus metas? Las habilidades que envuelven el trabajo del Growth Hacker tienen mucho que ver con la capacidad de análisis, la creatividad y la agilidad para el cambio. Por lo tanto, sus principales tareas pueden ser:
- Detectar las necesidades de los usuarios y su forma de encontrarlas en la red.
- Planificar a partir de ideas muy creativas e ingeniosas.
- Experimentar, medir y reconducir si se detecta la posibilidad de mejora.
Crear estrategias de Growth Hacking
Para crear estrategias de Growth Hacking es importante pensar en las diferentes fases por las que pasa el cliente hasta adquirir el producto o servicio. Para poder analizar este recorrido, los profesionales de este campo utilizan el embudo de Growth hacking que representa la visualización gráfica del proceso de compra del cliente.
El embudo de Growth hacking se divide en un total de cinco etapas, y su principal ventaja es que permite medir el éxito, el buen funcionamiento del producto y medir la eficacia de la estrategia puesta en marcha. Las cinco fases del embudo son:
- Toma de contacto, la adquisición.
- Comprensión acerca del uso del producto, la activación.
- Detección del valor que aporta el producto al cliente, la retención.
- Pago del producto, llamado monetización.
- Recomendación a otros, la referencia.
Las estrategias de Growth Hacking se rigen por una estructura que ayuda a su creación y que se divide también en diferentes fases:
- Creación de un buen producto. El producto o servicio que se ofrezca debe ser lo suficientemente bueno como para conseguir captar la atención del cliente. Sin duda, será más sencillo conseguir compradores si lo que se les ofrece soluciona sus necesidades.
- Definición del cliente objetivo. Una de las estrategias más importantes es tener una buena definición del buyer persona, esto permitirá crear una estrategia personalizada, que cumpla todas las necesidades y resuelva todos los problemas del público objetivo.
- Definición del sistema de medición y de los objetivos de la campaña. Las mediciones son clave a la hora de determinar si se está llevando a cabo una estrategia correcta, por lo tanto, es necesario definir qué sistema se va a utilizar para medir y los objetivos que se van a perseguir.
- Idear la estrategia. Las líneas de acción permitirán que la estrategia funcione de forma correcta, estamos ante una de las fases más importantes del proceso.
- Testear si funciona la estrategia. Puede que haya errores a la hora de formular la estrategia, es por ello imprescindible probar si funciona o no.
- Analizar el funcionamiento y hacer ajustes para optimizar resultados. Reajustar en caso necesario y volver a intentar, no siempre se acierta en el primer intento.
Herramientas de Growth Hacking
Son muchas las herramientas de Growth Hacking que pueden emplearse para el desarrollo de esta metodología, entre ellas encontramos aplicaciones que ayudan a captar leads, a realizar campañas de email marketing, a programar contenidos o a analizar cómo está funcionando la estrategia. Estas son cinco de las mejores opciones para los profesionales del Growth Hacking:
- Semrush Esta herramienta proporciona información que puede ser muy útil para mejorar el SEO de una web.
- Metricool. Programar las redes sociales y obtener informes de resultados es muy sencillo gracias a esta herramienta.
- Salesforce. Gracias a esta plataforma de automatización de marketing es posible crear embudos de marketing para automatizar el customer journey y convertir un lead en una venta.
- Zapier. Esta herramienta integra aplicaciones web y configura disparadores y acciones. A través de ella es posible conectar diferentes plataformas para que ejecuten tareas automatizadas.
- SurveyMonkey. Permite conocer la opinión del público, ya que genera encuestas en la red y capta las voces y las opiniones de los usuarios.
Ejemplos de Growth Hacking
El éxito nunca está asegurado, por eso es importante contar con profesionales capaces de generar buenas estrategias, creativas y trabajadas para conseguir los mejores resultados.
En el caso del Growth Hacking, son muchos los ejemplos de empresas que han sabido emplear con éxito estrategias para crecer. Una de las campañas más exitosas fue la que realizó Dropbox. Esta empresa convirtió en prescriptores a sus usuarios ofreciéndoles contar con más espacio a cambio de invitar a sus conocidos, además, la marca pasó de tener 100.000 usuarios a 4 millones en menos de un año.
Otro ejemplo claro es el que se puede ver con Airbnb. Al comenzar con la plataforma, los creadores detectaron que la mayor parte de sus clientes se encontraban en Craiglist. Mediante un bot que de forma automática publicaba en Craiglist las viviendas que estaban anunciadas en Airbnb, consiguieron cambiar la tendencia, ya que la experiencia en su plataforma era mucho mejor.