Cofundadora de Mujeres Tech, Cristina Aranda se ha convertido en un referente por su tenacidad en alcanzar el objetivo de tener más presencia femenina en el sector digital. La definición, en todo caso, se queda corta. Filóloga de formación, asesora sobre diversidad e inclusión en tecnología de diferentes stakeholders públicos y privados, pertenece también a la mesa de género de Red.es.
En octubre de 2018 fue considerada por Business Insider como uno de los 30 españoles del mundo de la tecnología que se deben seguir en Twitter y seleccionada como una de las mujeres Top 100. En 2019 la revista Emprendedores la consideró una de los 9 jóvenes emprendedores más influyentes.
Con más de 18 años de experiencia en marketing, innovación y transformación digital, Cristina es doctora en Lingüística Teórica y Aplicada y licenciada en Filología Hispánica por la UAM, Máster en Internet Business por el ISDI y directora del Módulo de Data in Real Life del Master Data Analytics del ISDI.
Con ella empezamos este formato de entrevista sobre temas digitales universales, de la que salen temas tan potentes y globales como el perpetuo conocimiento, la igualdad o el emprendimiento.
01. ¿Cómo ha afectado la disrupción digital en tu área o sector?
Ahora la Inteligencia Artificial la vivimos como un hype pero lo cierto es que supone uno de los principales motores de la revolución industrial que estamos transitando. Es una parte estratégica tanto de empresas como de gobiernos. Al margen de polémicas como el conflicto entre China y Estados Unidos, comprendemos su importancia por decisiones más locales como que haya una Secretaría de Estado que se llame Transformación Digital e Inteligencia Artificial -dirigida por Carme Artigas-. Obviamente, la IA ya forma parte de esa estrategia, que es importantísima. Ahora bien, conlleva unos retos políticos y sociales muy importantes, de regulación, de gestión de los algoritmos, de qué pueden y qué no pueden hacer esos algoritmos, con su consiguiente impacto social. Y también respecto a qué se va a hacer con esas personas cuyos trabajos van a estar automatizados. De ahí que escuelas de negocios como ISDI, que dan competencias digitales y que permiten reconducir la carrera laboral de las personas, sean necesarias ahora más que nunca.
02. Perfil digital que admiras y por qué.
En el área de Inteligencia Artificial hay dos mujeres muy brillantes con perfiles formativos diferentes: por un lado Pilar Manchón, filóloga, doctora lingüística computacional, actual Directora del área de Investigación e Inteligencia Artificial de Google para todo el mundo. También Nuria Oliver, doctora en ingeniería de telecomunicaciones y académica de la Real Escuela de Ingeniería española, activista, como Pilar, para que haya más mujeres en el sector tecnológico. Ambas son admirables tanto por su experiencia y bagaje en IA como por su humildad y total compromiso en que haya más mujeres en este sector.
En el área de emprendimiento destaco tanto a Pilar como a David Llorente, un referente en emprendimiento de Inteligencia Artificial con Narrativa, una empresa que produce 15.000 noticias diarias. Referente no solo en lo profesional sino también en lo personal, pues es un gran aliado de Mujeres Tech. Y por otro lado mi comadre de Mujeres Tech, Sara Alvarellos, clave en la comunidad Maker y un referente personal muy importante. No hay día que no aprenda de ella.
03. ¿Cuál es el logro del que te sientes más orgullosa?
Voy a dar dos: por el lado social, Mujeres Tech, algo que surgió en un café y unas cañas en plan “vamos a cambiar el mundo”. Cuando empezamos en 2015 no pensábamos que en cuatro o cinco años íbamos a conseguir este impacto. Pero hemos conseguido mucho: una comunidad de 420 niñas, hemos realizado más de cien talleres sobre divulgación tecnológica y emprendimiento -incluso uno en Alcalá Meco-, hemos creado una red de mujeres y hombres para ayudarnos unos a otras a conseguir más presencia de las mujeres en el sector digital y estar en centros importantes de toma de decisiones.
Siempre he creído que la lingüística iba a tener un papel muy relevante en la tecnología.
Por el lado personal, a pesar de las vicisitudes pasadas -estar en paro, pasarlo mal…- he podido reinventarme. Siempre he creído que la lingüística iba a tener un papel muy relevante en la tecnología. Mira, cuando hice el MIB, Nacho de Pinedo me preguntó: “¿Para qué haces el MIB?”. Le contesté: “Para monetizar mi tesis doctoral”. Digo esto porque tenía muy claro que Google es un zoco léxico semántico donde se puja por palabras y mi tesis va de eso, de cómo los hablantes interpretamos y creamos nuevas palabras. Todo me ha llevado al lugar en el que estoy ahora, Taiger, que es una empresa de Inteligencia Artificial y procesamiento del lenguaje natural donde estoy aplicando todos aquellos conocimientos conseguidos tras años de investigación: las ontologías, el entrenar a las máquinas a aprender nuestro lenguaje…
04. ¿Y el fracaso o error del que más has aprendido?
Cuando lancé mi empresa en plena crisis no tuve en cuenta que hay que contar con un equipo consolidado. Con el tiempo me he vuelto más estratega; antes era más pasional y vehemente. Considero que en muchos entornos empresariales es un Juego de Tronos, un House of Cards o una mezcla de ambas. Aprendes a ser más prudente, más cauta, más observadora, escuchar mucho más. De los errores aprendes más que de los éxitos.
05. Skill o conocimiento digital que consideras más valioso hoy en día.
El trabajo en equipo y la gestión de la información en equipo porque eso va a tener impacto. Destaco también una actitud: como dicen los makers, tener lo que llaman ellos SAV, síndrome de ansia viva, es decir, estar en perpetuo conocimiento, tener ganas de cacharrear siempre, de aprender continuamente. Para mí, en el entorno digital que vivimos en que las tecnologías van cambiando continuamente, cambiando productos y mercados, incluso formas de trabajar, es necesario tener esa actitud, eso que Kant expresaba con su “Sapere Aude!” (¡Atrévete a saber!) y en ISDI lo recogéis con el perpetuum mobile.
Destaco la actitud de tener SAV, síndrome de ansia viva, estar en perpetuo conocimiento, tener ganas de cacharrear siempre, de aprender continuamente
06.¿Cómo ves tu sector en cinco años?
Ya veo una figura de Chief Artificial Intelligence Officer en muchas empresas. De hecho, según Forbes, el 80% de las empresas ya empiezan a buscar esos perfiles -pura estrategia empresarial: para automatizar procesos, ahorrar costes, digitalizar y hacer más fácil la vida de las personas-. Venimos del Big Data y estamos pasando ya a la fase de la Inteligencia Artificial, en cuanto a estrategia.
Respecto al mercado de trabajo, van a surgir una serie de puestos de trabajo relacionados, no solamente en el ámbito técnico, sino también en otras áreas como las humanidades aplicadas: lingüistas computacionales, personas que trabajarán ética en los datos y en los algoritmos.
Y en relación a la tecnología de la IA en sí, la voz va a tener una relevancia increíble, va a formar parte de muchas estrategias, de comunicarnos con los dispositivos (IoT, etc.). La IA también va a permitir una mayor personalización de productos o servicios, predecir aspectos relacionados con el negocio con mayor precisión e impacto en la UX (pensemos en retail, en la gestión de stocks, por ejemplo), además de la robotización y la automatización para muchísimos procesos. No es fortuito que Bankia haya propuesto como consejera independiente a Nuria Oliver, experta en Inteligencia Artificial, y esta tendencia seguro que va a ir a más.
07.¿Qué reto de la Humanidad va a solucionar el entorno digital?
La igualdad. Con igualdad acabaríamos con la pobreza, con el hambre en el mundo y con muchos males endémicos que como sociedad tenemos. Sé que es una utopía, a las personas que dominan el mundo no les interesa, pero para eso estamos los activistas y emprendedores sociales que intentamos crear un mundo más justo. Como decía Grace Hopper, la inventora del lenguaje COBOL y de la compilación en el software, “la frase más dañina de nuestro idioma es ‘aquí siempre se ha hecho igual’”. Pues no, hay que cambiar. Uno de los principales parámetros a los que yo acudo es la igualdad de género. Si se trabajara ese eje resulta que impacta en muchos más compromisos de la Agenda 2030. Si trabajamos la igualdad de género vamos a conseguir una mejor economía, mejor y más energía limpia, accesibilidad a las tecnologías para todo el mundo, igualdad de oportunidades, reduciríamos el hambre, un mayor acceso a la educación…
Si trabajamos la igualdad de género vamos a conseguir una mejor economía, una mejor y más energía limpia, accesibilidad a las tecnologías para todo el mundo, igualdad de oportunidades…
A nivel micro debemos integrar equipos inclusivos, fomentar a las empresas KPIs para fomentar equipos diversos, no solo por igualdad sino porque se van a generar muchos productos de mejor impacto social y se van a conseguir mejores cuentas, como muchos estudios afirman.
Como decía Mary Bird en su libro”Mujeres y poder”, “la estructura de la sociedad es masculina”. Tenemos que hackear esa estructura masculina y hacer que esos egosistemas por los que se suele mover la sociedad, que suelen estar vinculados sobre todo a actitudes machistas o masculinas, sean hackeados, pasando del egosistema al ecosistema, un lugar en el que haya un espacio de cocreación en el que lo diverso o diferente sea un valor añadido y no algo contraproducente.
+01 Poniendo el foco en la mujer, ¿cuál sería tu deseo para un futuro cercano?
Mi deseo es que haya más mujeres en el sector tecnológico y en cuanto a mi ámbito personal y social que haya más mujeres en puestos de poder y su voz sea escuchada y relevante, y con puestos de poder me refiero a puestos políticos y empresariales. En definitiva, que nuestra voz tenga el mismo valor y poder que el de nuestros colegas hombres.
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