La digitalización de las actividades humanas puede ayudar a la naturaleza. Según el documento Digitalización en beneficio del medio ambiente del Consejo Europeo (2020), «las aplicaciones y tecnologías digitales pueden ser poderosas herramientas para promover la protección del medio ambiente, la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, la circularidad y la acción por el clima”.
La digitalización puede tener un papel clave en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La inteligencia artificial (IA) ayuda a monitorizar el medio ambiente (ODS 13, Acción por el clima; o 14 y 15, Ecosistemas marinos y terrestres). El 5G es una herramienta facilitadora en educación (ODS 4), trabajo (ODS 8) e industria (ODS 9). Y, por su parte, los gemelos digitales resultan imprescindibles para las ciudades sostenibles (ODS 11).
¿Cómo puede la digitalización preservar el medio ambiente?
En diciembre del 2020, cuando ese informe del Consejo Europeo fue publicado, la ministra alemana de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear, Svenja Schulze, confirmó que “la digitalización constituye un instrumento excelente para acelerar la transición hacia una economía climáticamente neutra, circular y más resiliente”.
En este sentido, la transformación digital se observa ahora como un elemento de nexo entre un pasado tecnológicamente ‘primitivo’, que hace uso de combustibles fósiles, y un futuro descarbonizado, eficiente y circular. Infraestructuras como el 5G, por ejemplo, son cruciales para el intercambio efectivo de información, sin el cual el progreso científico y tecnológico resulta inviable para lograr esta meta.
De igual modo, la IA se convierte en una herramienta multiusos. Por un lado, ayudará a monitorizar el medio ambiente y verificar la consecución de los retos de los ODS. Pero, paralelamente, está convirtiéndose ya en una tecnología facilitadora de soluciones ingeniosas que a los humanos no se nos hubiesen ocurrido.
Esto último puede parecer descabellado, pero recordemos que AlphaGo Zero es una IA que juega al Go (el juego de mesa más antiguo del mundo) mejor que cualquier humano, y que ganó 100 a 0 contra el programa AlphaGo, que había ganado anteriormente al campeón del mundo Lee Sedol. Y lo hizo con tácticas y estrategias nunca vistas en jugadas con personas.
Digitalizar la ciudad y hacer gemelos digitales reduce notablemente las emisiones
Un ejemplo de uso de tecnología digital que ya se aplica desde hace años es la virtualización de las ciudades a través de gemelos digitales. Se trata, en este caso, de una copia digital de un municipio sobre la cual poder plantear futuras actuaciones, ejecutándose únicamente cuando se haya encontrado la mejor solución viable, lo que reduce el impacto medioambiental.
Una maqueta virtual de un municipio cualquiera es un escenario perfecto para plantear futuras acciones urbanísticas, y observar comportamientos a gran escala. Usando como datos de entrada del modelo proyectos similares anteriores, podríamos saber qué pasaría en caso de peatonalizar calles o facilitar el acceso al transporte público.
Modelos de gemelos digitales ya se usan a escala global para “monitorear y simular la actividad natural y humana con el objetivo de poder predecir, de forma integral, la futura evolución de la Tierra”. En otras palabras, ver cómo nuestra actividad afecta al cambio climático y otros fenómenos antropogénicos. Con estos datos será posible elegir qué hacer y qué no.
El teletrabajo reduce de forma notable la contaminación ambiental
Una parte importante de la contaminación deriva de una movilidad ineficiente y térmica, como es el caso de los coches, que necesitan mover una tonelada de peso para desplazar a una persona de menos de 100 kilogramos. Son herramientas muy útiles, pero se usan bastante mal. Desde hace tiempo se sabe que cerca del 40% de la energía consumida en España se consume en transporte y, de este porcentaje, el 80% es por carretera. Se trata de uno de los mayores factores de contaminación.
Sin embargo, con cada día de teletrabajo a la semana, estas emisiones se reducen de forma notable. Y, además, dejan de concentrarse en entornos de alta densidad urbana o poco transporte público. Las imágenes del satélite Copérnico Sentinel-5P de la pandemia (vídeo) demostraron que la atmósfera apenas tardaba unos días en quedar limpia de dióxido de nitrógeno cuando el teletrabajo es lo más frecuente. En aquellas fechas, llegó al 30,2% según Eurostat. Y lo mismo ocurrió poco antes en China.
Sostenibilidad digital en el hogar
Aunque cuando se habla de digitalización y ODS se tiende a tratar temas de amplia cobertura, como planes nacionales o estrategias empresariales, la verdad es que la digitalización puede ayudar a reducir el impacto en la naturaleza de realidades más cotidianas para todos, como las viviendas. Un impacto que sin duda es elevado.
Por ejemplo, la digitalización de las casas permite electrodomésticos conectados que se activen en horas específicas. A ser posible durante los valles de consumo. Trasladar el lavavajillas a primera hora de la noche y poner la lavadora temprano por la mañana (con la posibilidad así de tender pronto y evitar la secadora) ahorra más de 100 euros al año a las familias. En consecuencia, evita que las centrales térmicas entren en funcionamiento, priorizando eólicas e hidroeléctricas. Eso sí, conviene preguntar a los vecinos si su uso a esas horas molesta, por educación.
La digitalización del hogar también pasa por el progreso en la electrónica, con libros de tinta electrónica que sustituyen al papel. Como el problema de las bolsas de rafia, que necesitan ser usadas cientos de veces para ser consideradas ecológicas, los libros electrónicos requieren mucha energía para su fabricación, pero su impacto por uso es mínimo. Con datos de 2010, habría que leer unas 12.000 páginas en un eBook (33 libros de 360 páginas) para que este fuese más sostenible.
La digitalización es una enorme caja de herramientas con la que evitar un impacto negativo sobre la naturaleza, y quizá para revertir algo la situación. Aumentar la comunicación entre personas, evitar viajes innecesarios o plantear estrategias y actividades en escenarios digitales son solo algunos de los enfoques viables para reducir el impacto ambiental.