¿Quieren las empresas volver a la normalidad? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a otra normalidad diferente a la anterior? La evolución de la pandemia y crisis global provocada por el coronavirus deja aún demasiadas dudas por resolver. Además de las referidas a la crisis sanitaria, básica y principalmente en el entorno empresarial. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, por ejemplo, ha asegurado recientemente que los empresarios no desean una nueva normalidad tras el Covid-19 sino llegar a la de siempre «con rigor presupuestario y ortodoxia presupuestaria».
Nada más estallar la crisis la OIT calculó que el coronavirus pondría en riesgo hasta 25 millones de empleos. La recuperación en forma de “U” o, peor, como una “L” sobrevolaba la economía. A pesar de lo escandaloso de las cifras que se barajaban, Guy Ryder, su director general, explicaba en EL PAÍS que se trataba de simples estimaciones. “Las cifras no son una fatalidad. La respuesta política condicionará lo que va a pasar”.
En España, los datos de abril fueron realmente devastadores. Entonces se anunció la pérdida de casi 950.000 empleos por el Covid-19, unas cifras amortiguadas por la cifra de la creación de empleo en mayo, con un aumento medio de 97.462 cotizantes respecto a abril. En este péndulo entre previsiones más optimistas y pesimistas hay quienes vuelven a confiar en una recuperación en “V”. Existen además otros indicadores para ser positivos: España exporta más que importa debido a la pandemia y, a pesar del impacto, se prevé que el déficit exterior se reduzca drásticamente.
¿Cómo utilizar la tecnología para superar la crisis del Coronavirus?
Pero dejando de lado datos macro y la actuación política en la economía global y local, donde los profesionales, negocios, compañías e instituciones pueden actuar es en su propia operación, manteniendo los esfuerzos estratégicos pero siendo mucho más precisos en la ejecución de los mismos. En la era post-coronavirus, serán las empresas data-driven las mejor posicionadas para mantener sus rendimientos y optimizar recursos que solventen el debilitamiento en cuestión de talento.
Saber comprender los datos en clave de negocio ayudará a evaluar cualquier nueva iniciativa
Contar con la foto que ofrecen los datos y saber comprenderlos en clave de negocio contribuirá no solo a evaluar con acierto cualquier tipo de iniciativa de cara al cliente o proveedores, sino también a realizar una evaluación a conciencia de las áreas en que se puede prescindir de recursos sin que la operación en general resulte seriamente perjudicada.
Con la eficiencia proporcionada por la tecnología y la inteligencia de los datos afrontaremos la crisis del COVID-19 con mayores garantías
Los altos ejecutivos, por ejemplo, van a necesitar contar con un acceso ágil e intuitivo además de preciso a los datos post-Covid para tomar decisiones sin precedentes a corto plazo y repensar sus estrategias comerciales y planes operativos en el medio y largo plazo.En el caso de los bancos, tendrán probablemente que rediseñar su modelo de negocio y hasta sus modelos de crédito. Los fabricantes necesitarán reconfigurar las cadenas de suministro. Lo cual afecta de una y otra manera a los Chief Data Officer de las organizaciones, que ahora no sólo deben incidir en la obtención de datos estructurados sino también tendrán que trabajar junto con a responsables de la empresa para identificar e impulsar estas nuevas prioridades.
Un uso efectivo de la tecnología
De acuerdo con CIO Spain, los Chief Information Officers “pueden adelantarse a cualquier posible repercusión financiera del COVID-19, reduciendo las carteras de tecnología corpulenta o incluyendo licencias extra de SaaS e instancias de nube antes de que los CFOs vengan a por los presupuestos de tecnología”.
Para asegurar la eficiencia de la tecnología, McKinsey propone asegurar que los equipos de datos, y toda la organización en general, sigan siendo operativos. “La prioridad de los CDO sería tomar medidas para proteger a los empleados y ayudar a mantener la organización en funcionamiento, salvaguardando los datos a medida que las empresas se mueven rápidamente para responder a la crisis”.
Las organizaciones se enfrentarán a un gran número de desafíos en los próximos meses a medida que se ajusten a las nuevas formas de trabajar y se adecúen a los nuevos hábitos y comportamientos de sus clientes, afrontando potencialmente nuevas olas de propagación del virus. Y aquí los datos pueden ayudar en varias áreas de acuerdo con la consultora estadounidense: identificando posibles escenarios complicados en el futuro gracias a los datos, facilitando datos de cara al público para la consecución colectiva de soluciones frente a la enfermedad o prepararse para reducir los costes “quirúrgicamente”.
En todo caso, si algo ha demostrado esta crisis es que las empresas con mayor capacidad de automatización son las que mejor han podido lidiar con la crisis, sobre todo en mercados avanzados como Estados Unidos. Van a ser las empresas preparadas para tomar decisiones basadas en datos las que prosperarán en términos de resultados en mitad de grandes exigencias y limitaciones en materia de recursos. Con la eficiencia que da la tecnología y con la inteligencia que dan los datos es como se podrá superar la crisis por el COVID-19.