Por Alberto Terol Conthe, Head of Digital Change en Ferrovial y alumni de DIBEX.
Si tuviera que elegir una palabra que resumiera los últimos cinco años, esta sería “Transformación”.
Cinco han sido los años que han transcurrido desde que acabé el DIBEX, ese programa que supuso el inicio de una aceleración nunca sospechada en experiencias vitales y profesionales. Pero ¿qué ha pasado en este tiempo exactamente?
Un cambio de época
Creo poco en la serendipia. Más bien creo que las cosas nos ocurren porque nos colocamos en un espacio-tiempo que fomenta que se desencadene lo que nos ocurre. Y cualquiera de los que hemos pasado por ISDI, nos hemos colocado conscientemente en ese lugar en el que buscábamos acelerar cambios y así nos ha sucedido.
El cerebro humano es excesivamente optimista con la velocidad de cambio en el corto plazo, y siempre se queda corto en la transformación en el largo plazo. Nos ponemos ambiciosas metas en el año en curso que no siempre podemos cumplir, y nos asombramos cuando echamos la vista atrás y observamos la descomunal magnitud del viaje del último lustro.
En estos cinco años hemos observado que aquella frase de hace una década: “el software se va a comer el mundo”, se ha transformado en “la inteligencia artificial se va a comer el software”. Hemos asistido en vivo y en directo a un cambio de paradigma entre lo que se puede hacer en presencial y lo que es posible ejecutar en remoto. El mundo físico y el digital han visto como la barrera entre uno y otro ha sido difuminada en un nuevo “phygital”. Y desde las corporaciones, hemos abrazado el ecosistema y acelerado en la adopción de la innovación abierta.
De la innovación en productos B2B, al diseño de experiencias digitales B2C
En mi viaje personal en estos cinco años desde que acabé el DIBEX, hice un alto en el camino en una trayectoria en 3M dedicada al desarrollo de productos B2B y pivoté hacia el desarrollo de servicios en una aerolínea como Iberia, navegando en mitad de la mayor crisis que se recuerda en la industria. Me fascinaba la oportunidad de contribuir a la digitalización a escala de una industria clave en la movilidad y la conexión geográfica del mundo. Todavía me asombro pensando cómo pusimos en marcha una unidad de Innovación corporativa y Diseño de Servicios del altísimo nivel, sin sospechar el cierre del espacio aéreo que se nos venía encima. Hace apenas cuatro años lanzábamos una apuesta decidida por la facilitación del viaje del cliente apoyada en la tecnología (chatbot en Whatsapp, embarque por reconocimiento facial, gestión de maletas mediante realidad aumentada,…) y un proceso de digitalización total de las operaciones de la aerolínea (RPA en el back-office, tockenización y generación de smart contracts en la relación con nuestros proveedores,…). Todavía quedan numerosísimas oportunidades de digitalización de esa relación con el “viajero conectado”, pero el avance estos años ha sido descomunal.