El gobierno ha anunciado, en este sentido, dos importantes medidas. Por un lado, la conocida y esperada Ley de Startups era por fin aprobada, con medidas como un 15% de Impuesto de Sociedades (frente al 25% actual) para este tipo de empresas, el aplazamiento de deudas tributarias o una menor tributación del IRPF en los sueldos más altos para atraer talento extranjero.
Según Carme Artigas, secretaria de Estado de Inteligencia Artificial, esta ley permitirá que “no haga falta ya ser un héroe para emprender en España”, ya que destaca por la “eliminación de barreras fiscales y la introducción de incentivos tributarios para su creación”, así como “la apuesta por atraer talento de fuera” y convertir a España “en un foco de conocimiento”.
Pero, además, el Gobierno ha lanzado durante este mes el fondo Next Tech, que quiere ayudar a las startups en crecimiento (scale ups) a que sigan mejorando sus números y aspiren a convertirse en unicornios. El objetivo es movilizar recursos conjuntos en colaboración público-privada de 4.000 millones en un periodo inicial de cuatro años. Si se activaran dichos fondos se doblaría la capacidad de inversión pública de Francia, situando a España solo por detrás de Alemania en Europa.
Cabe señalar que las start-ups de España y Portugal han creado 6.000 nuevos puestos de trabajo en 2020, pese el Covid, que 7 de cada 10 han incrementado su plantilla (y el 90% espera aumentarla en 2021), y que, de media, han visto un incremento de su facturación del 22%, según el estudio “Análisis de una nueva generación de start-ups en España y Portugal” de CaixaBank y el IESE.
Si estos anuncios del gobierno pueden sentar las bases para un mayor emprendimiento y de largo recorrido, las empresas privadas también han anunciado importantes inversiones cuyos resultados se materializarán dentro de unos meses u años. Muchos de estos proyectos tienen que ver con la inteligencia artificial.
Así, Indra, Google y la Universidad de Granada van a sumar fuerzas para crear un centro de inteligencia artificial en la ciudad andaluza que contará con más de 100 doctores en IA y 165 consultores, desarrolladores e investigadores y un ecosistema de startups y emprendedores. El objetivo de este espacio es que sea uno de los centros más avanzados de Europa, para lo que desarrollará soluciones que tendrán un impacto real en aspectos como salud y calidad de vida, sostenibilidad, economía circular, democratización del comercio electrónico, optimización de procesos industriales, empleo inteligente o educación, han añadido las entidades.
Mientras, la española Aeternal Mentis también anunciaba la construcción de un centro de inteligencia artificial, esta vez en Álava, que contará con 13.000 metros cuadrados, 150 científicos y una inversión de 18 millones de euros. El objetivo es que parte del centro de entrenamiento esté operativo a lo largo del primer semestre de 2022. Los impulsores del proyecto explican que han encontrado “importantes carencias de infraestructuras” para el procesamiento y emulación de herramientas de inteligencia artificial. Y que los pocos operadores que existen en este mercado se encuentran en Estados Unidos -básicamente Amazon, Microsoft y Google-, por lo que consideran que existe un vacío en este sector en Europa que quieren llenar. Su gran meta, por tanto, no es otra que convertirse en la alternativa europea a esos grandes operadores norteamericanos.
En este sentido, cabe señalar que el Gobierno sopesa lanzar una prueba piloto para poner en práctica la nueva norma de la UE y crea un Observatorio del impacto social de los algoritmos, siendo así pioneros en Europa en la regulación de la inteligencia artificial. No solo en la aprobación de leyes que regulen este ámbito, sino también en su aplicación práctica.
Pero, más allá de todo esto, en julio también hemos visto importantes operaciones en el ecosistema tecnológico nacional, como los 5 millones de euros que ha recibido la española TherapyChat para llevar su servicio de psicología online a Italia y Francia; la adquisición de ASTI por parte de ABB para ser un líder en robots móviles autónomos con sede central en Burgos; la compra, por 100 millones de euros, de la startup Bipi, dedicada a los coches por suscripción; los 25 millones de euros que ha captado la startup española Lookiero; los 11 millones que ha recaudado Venvirotech para lanzar en enero un bioplástico biodegradable, del que quiere producir más de 20.000 toneladas en 2 años revalorizando más de 200.000 toneladas de residuo orgánico; los tres millones de euros que la operadora de infraestructuras Globalvía ha invertido en Meep, la startup española especializada en el desarrollo de soluciones de movilidad como servicio; o saber que el capital riesgo se está recuperando en nuestro país y dispara la inversión con más de 2.000 millones de euros.
Como podemos ver, un verano de lo más caliente y que está abonando el terreno para que en los próximos meses y años sigamos teniendo muy buenas noticias tecnológicas en España.