Todos conocemos a personas de todo tipo: unas más impulsivas, unas más meditativas, etc. Pero ¿qué es lo que les hace a unas ser distintas de otras a la hora de, por ejemplo, trabajar?
Esto es debido a que, básicamente, existen dos tipos de pensamientos: el crítico y el creativo. ¿Conoces las diferencias más relevantes?
Por un lado, el pensamiento crítico es una capacidad muy compleja y se basa en el razonamiento; es decir, deliberar, ordenar, etc envuelve a una serie de capacidades con las que las personas entendemos datos para analizarlos, argumentarlos o juzgar proposiciones en distintos ambientes de nuestras vidas.
Esto nos puede resultar un poco difícil de entender, por lo que vamos a ir paso a paso viendo cómo toma forma cualquier pensamiento crítico:
- En primer lugar, la personas tratan de entender una información concreta, procurando dar un sentido a cada momento o situación, organizando hechos o discerniendo lo importante de lo que no lo es y, de alguna manera, quedándonos con aquello que más nos interesa para luego almacenarlo con cierta lógica en nuestra mente.
- A continuación, trataremos de sintetizar y hacer un análisis de aquella información que hemos procesado con anterioridad; o sea, de todo aquello que hemos observado, cogeremos lo esencial e intentaremos descubrir sus conexiones, relaciones o nexos para reorganizarlos en un contexto único.
- Una vez hecho esto, lo que tratamos es de realizar distintas acciones como buscar conclusiones o cuestionar hipótesis.
- Acto seguido, lo que queremos es poner sobre la mesa distintas razones que nos surgen, ideas que apoyamos o no, haciendo uso de la lógica y buscando métodos que nos hagan estar más seguros de lo expuesto.
- Esto todo nos sirve para llegar a un punto en el que lo más importante es deliberar, es decir, ver los pros y los contras que nos suponen esos razonamientos o conclusiones y ver hasta qué punto nos convienen.
- Finalmente, lo que tratamos es de, una vez aprehendido todo esto, recapitular todo de manera que podamos sentir todo ello, comprenderlo y, contrastarlo con nuestro modo de vida: nuestra ética o moral, nuestra manera de ser o el ambiente en el que vivimos.
En la otra banda, nos encontramos con esa manera de pensar que hace que surjan ideas frescas, innovadoras, etc. Es decir, el motor de la evolución o de los grandes cambios que, consiguen que veamos las cosas de otra manera para luego desarrollar todo hacia algo nuevo.
Con el pensamiento creativo salimos de lo establecido, de aquello que resulta ortodoxo y aporta novedad a todo para solucionar todos aquellos baches o problemas que nos puedan surgir a través de ver las cosas desde distintos puntos de vista.
Al igual que en el proceso crítico, el creativo también pasa por una serie de etapas para desarrollarse con plenitud.
De modo similar al proceso crítico, el pensamiento creativo, también trata de alguna manera de solucionar un problema, es decir, al presentarte una situación que requiere una alternativa, pretendemos conseguir recopilar una serie de datos e información mediante observación, reflexión o selección, para no dejarnos engañar por las apariencias iniciales que puedan despistarnos.
Esta necesidad de tener que solventar un problema planteado, hace que nuestra actividad mental de procesamiento de información se acelere en búsqueda de alternativas para volver a una situación de tranquilidad que carezca de problemas. Aquí empiezan a concebir los primeros conceptos de ideas gracias a la activación de capacidades específicas de inferencia, análisis, relación, establecimiento de metáforas o analogías, etc.
Es aquí cuando, después de un proceso de misterio e incertidumbre, la idea surgida empieza a coger forma. Lo que buscamos ahora es un “cómo lo llevamos a cabo” y darnos cuenta de ello. Gracias a distintas capacidades como la imaginación, la intuición, la organización, etc, llevamos a cabo este proceso.
Una vez elaborada y construída la idea, tenemos que ejecutarla para, posteriormente, evaluarla y ver hasta qué punto estamos satisfechos con lo ocurrido. Vamos a valorar todo lo que hemos sintetizado y concluido con lo sucedido para ver si realmente ha merecido la pena y nos sentimos realizado con todo el proceso anterior.
Este tipo de pensamiento no sólo busca ser novedoso e innovador, si no también que todo tenga un poco de coherencia y sentido o que sea oportuno.
Desarrollar la creatividad es muy importante en casi todos los aspectos de nuestra vida; sin embargo, esta no tiene por qué seguir este orden lógico, todo depende del problema que se nos plantee y queramos resolver o de la manera de trabajar de cada uno.
Como bien decía Picasso, “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Es decir, maneras de potenciar la creatividad son algunas como ser pertinentes, constantes, flexibles responsables y, por qué no, lúdicos.