En España el usuario utiliza alrededor de tres aparatos móviles para realizar sus búsquedas en la red y, entre ellos, los móviles cada vez adquieren mayor protagonismo. Este nuevo paradigma digital ha obligado a las empresas a optimizar sus sitios web y a utilizar estos dispositivos como nuevas plataformas publicitarias donde darse a conocer o captar la atención del consumidor potencial.
Así nace la publicidad geolocalizada, aquella dirigida a atraer la atención de determinados consumidores en función de su ubicación. Una vez estudiados y seleccionados, las empresas pueden dirigir sus campañas publicitarias a los dispositivos móviles de aquellos clientes que les interesan para conseguir que conviertan de una manera más efectiva.
Aparte de la ubicación, el marketing de geolocalización ofrece la posibilidad de segmentar en función de la franja horaria, así como de las búsquedas, gustos e intereses del consumidor, entre otros, lo que posibilita una publicidad mucho más personalizada y eficaz.
Pero, ¿Cómo es posible que las empresas dispongan de todo esta información? La realidad es muy sencilla: sistemas como el NFC, IBEACON de Apple o las direcciones IP que lleva consigo cada dispositivo posibilitan la recogida de datos de ubicación, mientras que los datos relativos a la segmentación de usuarios, se recogen a diario cuando utilizamos nuestros Smartphones para realizar diversas acciones y búsquedas online.
Publicitar por zona es una de las opciones que nos brinda la geolocalización. Muchas empresas anunciantes, con el objetivo de aumentar el tráfico a sus establecimientos, lanzan sus campañas publicitarias en lugares cercanos a sus puntos de venta. Por ejemplo, mediante el envío de banners a aquellos usuarios que se encuentren en un radio determinado se ofrecen cupones de descuentos y la información necesaria para llegar al local.
También es posible personalizar la campaña en función del lugar físico de la tienda. En este caso, el la publicidad por geolocalización permite mandar al cliente, si se encuentra ya en el establecimiento del anunciante, una oferta personalizada de un determinado producto para incitarle a consumir. Este tipo de publicidad se puede realizar también en eventos, como pasarelas de moda, con publicidad de los diseñadores que participan en el desfile.
Por último, si el consumidor se aproxima a un producto es posible que, al instante, reciba en su móvil información adicional sobre el mismo o una posible oferta de la que disponga. En este caso, estamos ante un tipo de publicidad por geolocalización basado en la proximidad al producto.
Aquí vemos un claro ejemplo de marketing de geolocalización, basado en la presencia en un lugar físico, en este caso, un evento deportivo. El usuario se encuentra como espectador en un partido de béisbol y, automáticamente, recibe en su móvil una oferta de comida para disfrutar mientras anima a su equipo.
La publicidad geolocalizada, gracias a su comunicación instantánea y personalizada, ha revolucionado la forma de relacionarse con el consumidor, así como perfeccionado la capacidad para acceder a ellos de manera efectiva. Sin embargo, ha reavivado el debate sobre la privacidad de los usuarios y el intrusismo del marketing.