Con frecuencia, los empleos digitales se orientan a fines lucrativos, hasta el punto de que parte de la formación relacionada con ellos se enfoca hacia herramientas como Analytics, sistemas como AWS o entornos de trabajo como TensorFlow. Pero también existen muchos proyectos altruistas, desinteresados u orientados a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que igualmente necesitan de expertos en este campo.
Organizaciones sin ánimo de lucro en busca de talento
Las organizaciones sin ánimo de lucro (OSAL) son sociedades cuyo objetivo no es el económico, sino que tiene como propósitos fines sociales, solidarios, humanitarios, artísticos o comunitarios. Muchas organizaciones no gubernamentales siguen estos patrones, y , asimismo, estos colectivos precisan de talento digital. Algunos de los roles que requieren son:
- Diseñadores para sus entornos web o aplicaciones. Comunicarse con los donantes es clave para que estas entidades puedan canalizar capital hacia sus proyectos, y los escenarios digitales son hoy en día el primer escaparate.
- Analistas de datos. Las métricas gobiernan el mundo. Desde determinar qué campaña funciona y cuál no hasta seleccionar los mejores segmentos de población a los que dirigir las acciones, pasando por la evaluación coste-beneficio de los proyectos.
- Expertos en ciberdefensa. Como en cualquier organización, los datos de los donantes son vulnerables al hackeo. Además, algunas OSAL trabajan con colectivos socialmente sensibles cuya información privada han de proteger: desde disidentes políticos hasta mujeres víctimas de trata.
Comunidades y asociaciones de vecinos, y RGPD
Este último punto, el de expertos en seguridad y ciberdefensa, es clave para comunidades o asociaciones de vecinos, ya que ambos tipos de agrupaciones manejan datos vulnerables. Aunque el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) protege a los usuarios, también exige garantías mínimas sobre los mismos.
Por ello, demanda la figura de un responsable de datos (DPO, por sus siglas en inglés), quien es el encargado de diseñar, implantar, comprobar y mejorar los sistemas y flujos de trabajo en los que circula información de este calibre. Es decir, nada de grupos de WhatsApp informales para enviar contactos ni de un tablón en el portal con los teléfonos de los vecinos, porque eso incumple el RGPD.
En el caso de las asociaciones vecinales, que a menudo cumplen un rol social con proyectos de barrio (ayuda a mujeres víctimas de violencia machista, gestión de un huerto urbano o plataformas de apoyo a comerciantes) muchos de los datos que manejan son de alta sensibilidad, y es imprescindible segurizarlos. De ahí que sea necesario llevar el talento digital también a estas organizaciones.
DigitalES y sus 10 proyectos de innovación RSC
En abril del año pasado, la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES) seleccionó 10 proyectos de innovación tecnológica socialmente responsable durante la pandemia de COVID-19. Como era de esperar, casi todos ellos han sido impulsados por grandes empresas asentadas en el sector, que son las que disponen de capital y recursos para estas iniciativas:
- ProfeVirtual, de Cisco, IBM y Makenai, ayuda a garantizar la continuidad de las clases durante el período de confinamiento.
- Open P-Tech y SkillsBuild, de IBM, pone el foco en formar a jóvenes en habilidades de alta demanda.
- ehCOS Remote Health, de Everis, es una solución de teleasistencia para cooperar con la gestión de la salud comunitaria.
- TRACK AI, de Huawei, detecta y diagnostica signos de deficiencia visual temprana mediante inteligencia artificial.
- 5G Emotional Robot, de Mobile World Capital Barcelona y el Ayuntamiento de esta ciudad, desarrollan el robot ARI, capaz de moverse e interactuar con el usuario para brindar asistencia a personas mayores.
- 5G y musicoterapia, de Nokia, busca usar esa tecnología, así como ondas de frecuencias milimétricas, para tratar enfermedades neurodegenerativas.
- Proyecto LEAN, de Cellnex, Nokia y Quobis, persigue diseñar infraestructuras avanzadas de telecomunicaciones de banda ancha móvil.
- Blockchain y agricultura, de Mastercard, apoya al pequeño agricultor a generar confianza en sus productos mediante sistemas digitales.
- Data for Green Madrid, de Telefónica, permite a los gobiernos locales tomar decisiones sostenibles sobre calidad del aire.
Digitalizando la administración pública
El sector público necesita con urgencia de personas con capacidades en materias digitales como programación, ciberseguridad o automatización. Aunque en España ya existe un Plan de digitalización de las administraciones públicas con un calendario de 2021 a 2025, este podría verse lastrado si, como las empresas, las entidades públicas no son capaces de encontrar los perfiles requeridos.
En Los nueve gigantes (2021), Amy Webb contextualiza la complejidad del problema cuando comenta que “resulta muy difícil que un científico informático talentoso se vaya a trabajar para el gobierno o para el ejército sabiendo lo que ofrece la GMAFIA” (siglas con las que se refiere a Google, Microsoft, Amazon, Facebook, IBM y Apple): sueldos elevados, servicio de guardería, comida ecológica gratuita…
Además de no poder rivalizar con estas empresas, la administración se encuentra a menudo fragmentada a nivel competencial, por lo que lanzan una y otra vez funcionalidades como las tiendas digitales municipales que denuncia Jaime Gomez-Obregón, que acaban siendo particularmente ineficientes.
Curiosamente, las instituciones públicas requieren talento digital para entender la magnitud de los retos a los que se enfrenta, así como para poder establecer soluciones que los resuelvan. Al igual que plataformas como Todos tus libros, con apoyo del Ministerio de Cultura, agrupan a libreros independientes de todo el país, quizá sea posible lanzar proyectos de alcance nacional que mantengan un buen funcionamiento a nivel local.