Por Fabián Lira (redacción ISDI)
De acuerdo con la Federación Mexicana de Empresarios LGBTQ+, este mercado tiene un valor de más de $80,000 millones de dólares del PIB nacional, incluso afirman que si esta comunidad fuera un país, sería la cuarta economía más grande del planeta. El Museo Interactivo de Economía (MIDE) muestra que la comunidad LGBTQ+ es un motor económico que equivale al 25% del gasto a través de tarjetas de crédito. Pero entonces ¿por qué no se invierte en ella y por qué hay tanta falta de representación?
Históricamente lo relacionado con la comunidad LGBTQ+ se asocia a factores negativos perpetuados por la segregación prejuiciosa, así como por la desinformación sociocultural y religiosa. En los últimos años la aceptación y apertura ha sido mayor, sin embargo; aun hay un gran camino por recorrer y para quienes tienen visión, una gran oportunidad de negocios.
Si bien, cada vez más las marcas tratan de ser más inclusivas y atender a este sector, muchos aún se andan con pies de plomo o incluso prefieren evitar roces con la comunidad para no tener que enfrentar errores que los hagan víctimas de sus buenas intenciones, especialmente ahora que la cultura de la “cancelación” y los haters están más implacables que nunca.
Muchas marcas y empresas también se escudan bajo la premisa de la gran variedad de géneros, distinciones, pronombres e identidades, lo que afirman podría resultar en un caos al tratar de ser incluyentes solo de un cierto grupo de la comunidad, provocando la alienación de otros grupos.
Según datos arrojados por el estudio anual GLAAD’s Visibility Project, el 81% de los ejecutivos y el 41% de los líderes de las agencias creen que las representaciones no auténticas de los consumidores LGBTQ+ conllevan un mayor riesgo de reacción violenta que la falta de representación. Por lo anterior, muchos deciden mejor evitar cualquier incursión en los terrenos LGBTW+.
Esto queda claramente evidenciado en los resultados del estudio realizado por P&G y Glaad, el cual señala que 66% de las personas LGBTQ+ no ven su estilo de vida representado en la publicidad, mientras que el 51% dice desearía poder ver más publicidad con familias incluyentes como la suya.
¿Sabías que las mujeres queer (LBQ) son la población más grande y desatendida de la comunidad?
En la reciente encuesta de Gallup, las mujeres presentan un 30% más de probabilidades que los hombres de identificarse como LGBTQ+ (6.4% vs. 4.9%), y más del 70% tienen más probabilidades de decir que son bisexuales (4.3% a 2.5%).
“Dentro del mercado, las lesbianas siguen siendo uno de los consumidores menos representados en la publicidad. A pesar del hecho de que un mayor número de parejas de lesbianas tienen hijos o familias homoparentales, las familias de hombres homosexuales tienden a ser retratados con mayor frecuencia en la publicidad e incluso en el entretenimiento”, revela Gallup Pool.
El reto para las marcas, organizaciones, agencias y productos es decidirse a emprender, a apostar por lo no convencional, tomar la decisión de innovar y crear soluciones específicas para uno de los sectores de mayor crecimiento e impacto socioeconómico de los tiempos modernos.
El estudio “El Consumidor LGBT Mexicano”, elaborado por Nielsen indica que más del 60% de los encuestados están dispuestos a adquirir productos de marcas que apoyen a la comunidad. Mientras que el 53% de las personas heterosexuales encuestadas, comprarían productos de marcas comprometidas con la diversidad y la inclusión.
Resulta muy cierto que hoy en día para que una empresa sea exitosa en este mercado, no es suficiente con “pintarse con los colores del arcoíris” y hacer una estrategia de comunicación incluyente una vez al año. Se trata de un compromiso permanente a largo plazo. Pero también se trata de generar cultura, de informarse, de aprender y experimentar siendo responsables y respetuosos tal como se haría con cualquier otro sector del mercado al que se quiera llegar.