Por Fabián Lira (redacción ISDI)
La pandemia nos obligó nos guste o no a cambiar todos nuestros hábitos de vida, entre ellos dos de los más fundamentales y que representan más del 50% de nuestras vidas: estudiar y trabajar.
Una gran porción de la población a nivel mundial consideraba -sin fundamentos- que la educación en línea era mayormente:
- Un mal sustituto de la enseñanza presencial
- Una versión incompleta y por ende más barata
- Clases pregrabadas no actuales y poco humanas
- Es tan aburrido que la mayoría abandona este tipo de educación
- Evita formar lazos, amistades, intercambio social y networking valioso
- Casi imposible de ser adaptables o personalizables a cada individuo haciendo la experiencia muy genérica y nada disfrutable
Si bien es cierto, que sí existían este tipo de enseñanzas en línea, incluso antes de la pandemia, no era un escenario generalizado. Con el brote de COVID-19, la educación online se las ingenió para convertirse en una herramienta incluso más útil, versátil y especial que la presencial.
Existen opciones menos costosas que las formaciones presenciales, sin embargo, no necesariamente debe ser la regla, ya que hay opciones que ofrecen una experiencia igual o más rica por su nivel de profundidad, expertos involucrados, posibilidades de disponibilidad, herramientas y materiales didácticos que nutren todo el journey de las personas.
Centrándonos particularmente en la educación en línea para adultos, actualizaciones y programas de especialización han comenzado a ser más populares y necesarios que nunca, atrayendo a individuos que en la antigua normalidad, tal vez, ni siquiera hubiesen considerado tomar alguna de estas formaciones.
La educación online en realidad es mucho más compleja, implica más tiempo y esfuerzo y brinda más oportunidades de contenido y entregas de mayor calidad que simplemente asistir a una clase.
El mito de que las clases en línea son aburridas también ha sido evidentemente desmentido. De hecho, se ha destacado por ser quizás una forma educativa mucho más interactiva, audaz y armónica. La inspiración, originalidad y creatividad de profesores e instituciones como ISDI, ha despegado para ofrecer experiencias que enganchan a los alumnos de una forma incluso más íntima y cercana que lo que podría experimentarse al estar todos en una gran aula.
El temor de que la enseñanza en línea impide a las personas crear cercanía u obtener los beneficios del networking presencial, es un mito que también ha sido desmentido. Aquí al igual que en una clase presencial depende mucho de la actitud de los estudiantes, qué tan dispuestos están a participar, interactuar y conocer personas. De hecho, la intimidad que brinda la educación en línea sirve para romper el hielo de una manera mucho más inmediata y directa, la empatía y la vulnerabilidad nos hace más propensos a comulgar con gente que quizás en persona no hubiésemos tenido el valor de platicar.
Una de las mejores formas de aprovechar la experiencia del aprendizaje online es siendo claros en lo que se desea aprender, buscar el tipo de programa adecuado y que realmente vaya acorde no solo con las necesidades personales, sino también, con el plan de vida y la situación actual que se vive en el ambiente laboral generalizado, en el que tener un domino de herramientas y habilidades digitales, resulta la opción más viable para mantenernos empleables incluso en un futuro inmediato.