Por Redacción ISDI
Poco a poco el mundo, varios sectores, industrias, compañías y negocios han comenzado a retomar con cautela sus actividades a la sombra de la llamada nueva realidad. Oscilando entre el miedo a lo que podría venir, las repercusiones financieras, las dolorosas decisiones que se tuvieron que tomar y la incertidumbre ante un mundo completamente nuevo de conocimientos, tecnologías, procesos, estructuras y herramientas que deben comenzar a adoptar para intentar salvar sus negocios; la idea de invertir en estos precisos momentos en capacitación profesional/empresarial, podría parecer absurda; sin embargo, es un pensamiento sobre el cual vale la pena reflexionar.
Muchas organizaciones y negocios se vieron severamente afectados por la crisis de COVID-19 al no tener las herramientas, conocimientos y condiciones idóneas para implementar los cambios requeridos para satisfacer las necesidades de sus usuarios y su negocio, demostrando la falta de preparación para responder ágil y efectivamente en un entorno digital.
Un 54% de los negocios no estaba preparado para una situación como la que se comenzó a vivir a mediados de marzo de 2020, de los cuales, solo un 13% tenía planificado a un mediano/largo plazo comenzar a introducir en sus organizaciones procesos propios de la transformación digital. Todo se tuvo que acelerar. Algunos sobrevivieron, otros no. ¿Cómo podemos hacer para que dadas las circunstancias esto no vuelva a suceder? La respuesta es sencilla: capacitación.
Invertir en estos momentos en reskilling, upskilling y formaciones para la digitalización de equipos y organizaciones es la clave para evitar una nueva debacle en los negocios.
En los tiempos pre-pandemia, las empresas que cursaban programas de este tipo experimentaban niveles más altos de compromiso y retención de empleados. Ahora, en la realidad post-pandemia, los empleados que tomen este tipo de formaciones lograrán aumentar considerablemente su empleabilidad, incrementando enormemente su valor para sus empleadores, logrando una mayor satisfacción laboral, estabilidad y avance acelerado en sus carreras, incluso en tiempos de crisis.
Conocer detalles, conceptos, herramientas, estrategias, metodologías y tecnologías vanguardistas y actualizadas que pocos o nadie conoce en una organización; son activos que en estos momentos más que nunca, así como en el futuro que ya vivimos, son valorados por líderes, directivos y ejecutivos.
La mentoría como una herramienta de crecimiento
Investigaciones en Estados Unidos han demostrado que mientras el 76% de los profesionales creen que los mentores son importantes para el crecimiento profesional, el 54% de los encuestados no tienen un mentor. Entre el personal de nivel superior, solo el 8% ha tenido un mentor.
En otros países la figura de los mentores dentro de las organizaciones, poseen un valor agregado único que ha demostrado ayudar significativamente al crecimiento de los empleados, lo que se traduce en una mayor expansión de logros, beneficios y revenue para las empresas.
Formar o invertir en un programa de mentorship o in-company que ayude al reskilling y upskilling de los equipos, no solo ayuda a que crezcan y evolucionen las organizaciones, también a generar una mejor cultura organizacional.
Estos programas también ayudarán a fortalecer a los equipos para enfrentar de forma más preparada futuros retos como la crisis por COVID-19, permitiéndoles tener una mayor capacidad responsiva, una mejor postura ante la necesidad de aprendizaje de nuevos skills y de adaptabilidad al cambio.
¿Cómo puedes hacerlo?
1. Estudia la situación de tu organización
Para poder invertir en un programa o formación que te permita capacitarte o capacitar a toda tu empresa, es fundamental que revises los números de tu negocio y crees un plan estratégico que te permita incluir estas actualizaciones dentro de tus primeras prioridades post-pandemia, de lo contrario podrías no sobrevivir a una segunda crisis. Toma en cuenta que este tipo de formaciones te permitirán optimizar tu negocio potenciando su capacidad, explorando nuevas oportunidades de negocio y obteniendo un retorno mayor al que podrías obtener sin digitalizarte.
2. Define prioridades reales
Con base en la lectura de los resultados tras el análisis de la condición de tu negocio, es importante que definas las prioridades para la recuperación y avance de tu negocio, pero ojo, tienes que ser realista. Escucha a tu equipo, líderes de tu organización y estructuren un plan que les permita visualizar más allá de los resultados inmediatos que buscan, pues regularmente pueden ser solo parches que ofrezcan soluciones momentáneas y que no aporten una verdadera erradicación de los problemas, resultando en una nueva crisis. Unirse al mundo de la transformación digital debería ser en estos momentos una de las mayores prioridades de cualquier organización que aún no esté digitalizada.
3. Estructura un plan de acción inmediato
Planifica tomando en cuenta las proyecciones de profesionales internacionales y nacionales, para definir un panorama lo más claro posible con la información que tengas para poder establecer fases de acción que les permita comenzar a recuperar parte del terreno perdido ante la crisis por COVID-19. Infórmate y busca las mejores soluciones para capacitar lo antes posible a tus directivos y equipos en el ecosistema digital. Una opción ideal son los programas e in-companies que ofrece ISDI.
4. Mantente actualizado
Una vez que hayas logrado la digitalización exitosa de tu organización, es fundamental que continúes actualizándote constantemente, ya que el mercado, la industria y la tecnología en la nueva normalidad digital se mantendrá en constante cambio de forma mucho más acelerada de lo acostumbrado, por ello es muy importante que elijas una institución como ISDI que les ofrezca la posibilidad de contar con beneficios como nuestra promesa de Longlife Learning la cual les permite tener acceso como miembros de la comunidad xISDI a talleres, webinar, masterclasses, seminarios o hasta clases completas del programa cursado, así como otros múltiples beneficios educativos.