Por Mauricio Cabrera
Ya en diversas ocasiones les he mencionado el viaje al futuro que ha representado una pandemia como ésta de la que la humanidad está saliendo. Si el e-commerce viajó cinco años en el tiempo y el home-office se convirtió en una tendencia que dejó de ser una alternativa para convertirse en la única alternativa disponible; una serie de industrias aceleraron su siguiente paso en el camino para convertir los obstáculos en oportunidades que hoy están viviendo sus primeros pasos y que en próximos años terminarán por vivir una consolidación definitiva.
A continuación les explico las principales tendencias que se detectan en distintas industrias:
El boom de la virtual economy experience
Debes irte preparando pues nuestra presencia digital se hizo aún más relevante que nuestra presencia física, el siguiente paso en esa evolución de posicionamiento frente a la sociedad pasará por nuestra existencia virtual, cada vez más relevante bajo condiciones de confinamiento y ante los crecientes problemas de nuestra convivencia en las calles.
Hace unas semanas pude experimentar el poder de esa existencia virtual a partir de un posteo que realicé en LinkedIn. Impactó tanto en mi timeline como en el hecho en sí mismo. ¿A qué me refiero? A que en LinkedIn destaqué que la comunidad de Grand Theft Auto había acudido a la residencia virtual de Kenny “Blue6222 Tancredi”, gamer que había fallecido unos días antes. Ahí en una plataforma que muy poco tiene que ver con el gaming, la reacción fue multitudinaria. Y en el entorno virtual cientos de gamers decidieron que el mejor modo de rendir homenaje a su amigo era a través del propio juego. Una imagen que sirve como evidencia de lo que vendrá. Cualquier semejanza entre Ready Player One y la realidad es mera coincidencia.
Los eSports son, por ahora, el gran referente de una industria que ya desde los tiempos de Second Life en la primera década de los dos miles, anticipaba lo que tarde o temprano ocurriría.
Shopstreaming
El mundo cada vez va más al ritmo que marca Asia. Es justo ahí donde se está generando un producto que resulta de la fusión del e-commerce con el streaming, el shopstreaming, que refiere al modo en que a través del dispositivo móvil se comparte lo que se está adquiriendo y se busca la interacción con nuestros amigos y seguidores.
Esta tendencia se vincula con la proliferación de las llamadas superapps que pretenden concentrar múltiples necesidades en una misma aplicación. En Latinoamérica el gran referente es Rappi, el startup que más financiamiento ha levantado. En Estados Unidos, Snapchat busca replicar lo hecho por WeChat en China a través de la incorporación de los minis, funcionalidad recientemente liberada que habilita a los usuarios la oportunidad de adquirir boletos para cines y conciertos, además del acceso a servicios como Headspace.
M2P (Mentor to Protegé)
Las conexiones en digital han sido revalorados a partir del ocio al que estuvo expuesta la humanidad durante los últimos meses. Si antes se valoraba la conexión a nivel digital desde una perspectiva de entretenimiento, ahora se busca construir relaciones que pasen de lo tradicional en redes sociales a una que habilite comunicación e intercambio de ideas con personas que puedan contribuir a desarrollar nuevas habilidades.
El avance tecnológico, la democratización de posibilidades y los altos índices de desempleo en la región convergen para que esa búsqueda de nuevos conocimientos, dominio de habilidades y herramientas sea una de las grandes tendencias.
Atención por el bienestar
La pandemia provocó que pusiéramos atención a lo que antes representaba actos automatizados. La utilización de gel antibacterial se ha vuelto un hábito y si bien, como lo señala Trendwatching, de a poco iremos volviendo a la actitud previa al COVID-19, quedará en nosotros la responsabilidad de cuidarnos, y aquellos establecimientos que generen atmósferas que aporten confianza a los usuarios en términos sanitarios tendrán más oportunidad de sobresalir en un entorno tan competido.
En términos generales, las tendencias que se detectan apuntan hacia el desarrollo de tecnología que impulse la interacción entre seres humanos en entornos controlados. Nuestra existencia digital, cada vez inclinándose más hacia una existencia virtual, desea compartir con otros seres humanos, o con otros avatares. Y serán dichos ecosistemas los que podrían cubrir el rol de las redes sociales tradicionales, hoy cuestionadas por la desinformación y la banalización del contenido que privilegia la cantidad sobre la calidad.