Por Mauricio Cabrera
La pandemia del Coronavirus no sólo terminará por consolidar el trabajo remoto como una alternativa definitiva, también colocará nuevas profesiones como las más deseadas de cara a un mundo que está comenzando a darse cuenta de una nueva normalidad, que lo mismo cambiará por ver a futbolistas celebrando un gol sin abrazarse y sin aficionados en la tribuna, que por la transformación de esas “familias” laborales de compañeros que en un futuro podrían no verse más las caras.
Desde las tecnológicas se ha enviado un mensaje. Jack Dorsey, CEO y cofundador de Twitter, anunció a sus empleados que el trabajo remoto se convertiría en una práctica cotidiana salvo para aquellos cargos que sí requieran presencia física. Google ya avisó a sus empleados que seguirá con la misma dinámica de trabajo hasta el 2021. Facebook, por su parte, canceló los eventos presenciales para más de 50 personas, al menos hasta junio del próximo año y dio a conocer a sus empleados que no se plantea reabrir sus oficinas sino hasta julio, y sólo con aquellas personas que por la naturaleza de sus actividades deban acudir de forma presencial a las oficinas.
Incluso el New York Times, pese a tener ese contexto clásico de la mesa de redacción y las planeaciones editoriales, ha anunciado que sus oficinas permanecerán cerradas cuando menos hasta septiembre de 2020. CNN por su parte, aseguró que hoy en día sólo el 10% de sus empleados a nivel global acuden a una oficina y que no espera ningún cambio drástico en ese sentido hasta comienzos de septiembre.
La transformación será permanente
El trabajo remoto no será ni una contingencia ni tampoco una tendencia que termine por ser desterrada. Si bien la realización del trabajo a distancia presenta una serie de quebraderos de cabeza para funcionar como habitualmente, también registra beneficios para trabajadores y empresas, tanto vinculadas al cumplimiento de objetivos profesionales como a la viabilidad de realizar proyectos personales. A continuación enlisto algunos de ellos:
1. Reducción de costos: se produce en dos vías. Para el empleado que no tiene que gastar en traslados, principalmente en grandes ciudades, y para la empresa que una vez implementando un programa de trabajo a distancia podría evitar el pago de una renta, acondicionar un espacio más reducido para cuando se requiera la presencia de personal o cuando menos reducir sus facturas en términos de servicios básicos como agua, luz y mantenimiento. Para el empleado también se presenta un ahorro ante el hecho de poder comer en casa, lo que le evita el gasto cotidiano de acudir a algún establecimiento cercano a su oficina.
2. Optimización de tiempo: para el empleado se presenta un ahorro significativo de tiempo ante el hecho de no tener que trasladarse a una oficina. Ese tiempo de transportación ahorrado, que en muchos casos también terminaba afectando el cumplimiento de los horarios laborales, se transforma en la posibilidad de cumplir al cien por ciento con los compromisos establecidos sin que factores externos de tránsito puedan validar una falta a los mismos. Si bien depende del estilo de la empresa y de lo que se quiera impulsar, el trabajo remoto promueve una dinámica más productiva en términos de comunicación entre compañeros.
3. Eficiencia: se conecta con el punto anterior, pero vale añadir que la posibilidad de distracción ante situaciones sociales se reduce al estar frente a una pantalla para atender un tema específico. Queda claro que las empresas tendrán que trabajar en dinámicas de integración distintas ante el trabajo remoto, pero también que esta forma de trabajo reduce potenciales conflctos personales entre empleados.
Las profesiones más buscadas tras la pandemia
Si bien la demanda ya existía, diversos especialistas coinciden al señalar que el COVID-19 provocará un incremento significativo en la búsqueda de especialistas en robótica, ciberseguridad y blockchain; especialistas en marketing digital y programadores; mientras que en el sector salud, en particular en realidad aumentada y virtual, en genómica, investigación de fármacos, vacunas, biotecnología e inteligencia artificial.
Como parte indispensable de cualquier trabajador, las soft skills se convertirán en unas de las habilidades más preciadas, sobre todo ante el hecho de que se tendrán que desarrollar métodos de comunicación que acerquen a las personas y que produzca empatía incluso a la distancia.