Por Mane Cosío (redacción ISDI)
El miedo al fracaso te paraliza, te deja varado en una zona de confort sin salida, pero además te impide dar el salto al éxito. Sin embargo, el miedo al fracaso no es siempre negativo y muchas veces se puede construir a partir de él para alcanzar tus metas, y aunque fracasar puede llegar a sentirse como el fin del mundo es mejor haber fracasado intentando alcanzar una meta, que no haberla intentado en lo absoluto.
La empresa de tecnología de investigación de mercados, InnovateMR, publicó un estudio según el cual el 65% de los profesionales sufren el Síndrome del Impostor, tan solo en México lo padece un 76% de las personas según OCCMundial. Se trata de un estado mental que consiste en sentimientos de duda e incompetencia a pesar de tener una buena educación, experiencia y logros cumplidos.
En un mundo constantemente cambiante y bajo el escenario que muchas personas están padeciendo dicho síndrome, la cultura organizacional y el liderazgo juegan un rol determinante para vencer las barreras del miedo y promover la innovación.
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El reconocimiento y apertura a nuevas ideas e incentivos orientados a la experimentación, y el error como base fundamental para el éxito y el aprendizaje, en lugar de como un motivo de sanción, son fórmulas que las empresas están adaptando cada vez más para ayudar a sus talentos y equipos, con el fin de motivarles y conseguir a la vez un retorno de inversión importante pues: empleados felices = eficiencia y buenos resultados de negocio.
La ONU sostiene que la innovación es un desafío para generar grandes cambios, pero para conseguirlo se debe fomentar una cultura de experimentación libre, en la que el miedo se convierta en un componente positivo para salir de nuestra zona de confort, ser más creativos y arriesgados; lo cual además ayudará a generar entornos profesionales mucho más saludables.
De acuerdo con un informe de GEM, tan solo en España en 2019 más de la mitad de la población (55.6%), no concebía el fracaso como un obstáculo para abrir un negocio. Un año después ese porcentaje creció 66.1%, denotando que uno de los nuevos factores que están coartando el emprendimiento es el miedo al fracaso.
Sin importar si te atormenta constantemente el miedo al fracaso cada vez que intentas innovar o probar algo nuevo, existen algunas estrategias que sirven para superarlo.
1. Enfrenta tus miedos
El primer paso para superar el miedo al fracaso es identificar qué es lo que te da miedo. Al cuestionar lo que puede salir mal y crear un plan para todos los potenciales problemas, ya estás creando un sistema de control de daños de tu negocio o proyecto de innovación. En vez de preocuparte con preguntas como «¿Qué pasa si no consigo inversionistas?», cambia la pregunta a «¿Qué puedo hacer para llegar a ciertos inversionistas?»
Al cambiar la narrativa de miedos a soluciones de problemas, no sólo estás eliminando el miedo al fracaso, sino que te encontrarás tres pasos por delante de los problemas que puedan surgir.
2. Toma decisiones basadas en números
Los números no mienten e incluso pueden llegar a ser tu mejor aliado a la hora de evaluar un nuevo proyecto. Al momento de tener preparado tu plan de negocios asegúrate de que cada decisión y paso que estés planeando tomar esté respaldado por una estadística o dato que apoye que el camino que vas a seguir no solo es el correcto sino el que te llevará hacia el éxito. Haz que los datos sean una red de seguridad para que así se reduzca el margen de error y disminuya la posibilidad de fracaso.
Una vez que tengas un plan de ruta creado con el apoyo de los datos, empezarás a sentirte más confiado y menos asustado cuando sea el momento de alcanzar tus metas.
3. Falla, pero trata de nuevo
Por último, pero no menos importante, no temas fallar una dos o diez veces. Thomas Edison creó 10.000 prototipos fallidos de su bombilla eléctrica antes de conseguirlo y, como afirmó posteriormente: «No he fracasado. Sólo he encontrado 10.000 maneras que no funcionan». Aunque fracasar puede ser duro, eso no implica que seas un fracaso, sino que ahora tienes una idea de lo que no va a funcionar y puedes utilizarla como un punto de partida. Al momento de fallar no descartes todos los errores, miedos y retos que enfrentaste, une este conocimiento y enfócalo en tus nuevos intentos.