Parece ser que los datos personales podrían desempeñar un papel importante en la identificación de tendencias y la formulación de recomendaciones que ayudarían a crear un nuevo tipo de mercado de datos para hacer frente a la crisis actual, derivada de la propagación del virus.
Muchas compañías en Silicon Valley ya habían institucionalizado previamente políticas de home office, sin embargo, esta contingencia extendida a otras empresas más allá del ámbito digital, particularmente aquellos en la economía del trabajo y los trabajadores a tiempo parcial, podrían verse severamente afectados. Varias empresas en Estados Unidos están uniendo esfuerzos para descifrar cómo la tecnología podría utilizarse para combatir la crisis y asegurar que los empleados puedan volver a sus vidas normales de trabajo.
La tendencia de monetizar personal data representa varias oportunidades. Con esto en mente ¿cómo podríamos usar estos datos de manera más eficiente? ¿Podrían los usuarios definir proactivamente para qué se pueden usar sus datos, como acelerar la cura del COVID-19, la demencia o hasta el cáncer?
De acuerdo con un artículo publicado por Murat Sönmez, Managing Director del World Economic Forum; en un escenario donde se lanzan aplicaciones certificadas para estos fines, los datos personales de los dispositivos portátiles o teléfonos inteligentes de las personas podrían transmitirse automáticamente. Estos datos se cifrarían, se anonimizarían en la fuente y solo se compartirían los datos relevantes, junto con las reglas de gestión de derechos digitales adjuntas, al igual que la forma en que la música se compra y vende actualmente en línea.
El artículo continúa: los esfuerzos podrían hacerse cumplir mediante contratos inteligentes de blockchain que garanticen que los datos no se puedan usar para otros fines. Podríamos encontrarnos fácilmente en un escenario en el que las personas pudiesen optar y proporcionar datos anónimos de forma gratuita para acelerar la cura de ciertas enfermedades, y luego hacer que algunos de nuestros datos sean accesibles para las empresas por una tarifa.
Con el acceso a estos datos internacionales, los algoritmos inteligentes de aprendizaje automático podrían identificar las tendencias que expertos humanos podrían no tener en el radar, para luego formular recomendaciones para que los profesionales les revisen y validen. El proceso podría acelerar la detección de casos de COVID-19 e incluso ayudar a su pronto control.
En caso de que alguna empresa quisiera utilizar la data con fines comerciales, deberían certificarse, como lo que pasa con las aplicaciones de Apple App Store.
La pieza de Sönmez asegura que este escenario es una posibilidad que podría hacerse realidad mucho antes de lo que pensamos. La crisis que experimenta el mundo debido al COVID-19 ha transformado el ecosistema digital y lo seguirá moldeando de formas que aún no visualizamos.
Lo cierto es que, este fenómeno ha comenzado a mostrarnos una brecha de aprendizaje que sin duda nos hace recapacitar en la importancia de ser cada vez más digitales y descentralizados. Controles de crisis y capacitaciones, así como mantenernos actualizados en la vanguardia del mundo digital más que nunca resultarán elementos clave en la supervivencia de un negocio, no solo en estos momentos, sino de cara a un futuro que ya nos alcanzó.
FUENTE: The World Economic Forum