Por Fabián Lira (redacción ISDI)
Cada vez resulta más relevante medir el desempeño de una empresa, sus resultados y el de sus equipos y miembros de forma individual, pero, como manager tienes la responsabilidad de hacerlo adecuadamente y con la mayor precisión posible, lo cual puede resultar complicado ya que muchos aspectos son subjetivos y difíciles de calificar/cuantificar.
Lo cierto es que lo que mides y cómo lo mides reflejará mucho de tu management y del negocio en general, por ello debes recordar que no todas las métricas tienen la misma efectividad, puede ser por ello que tus resultados últimamente no hayan sido tan favorables o al contrario, hayan sido más positivos de lo que realmente son.
En el sentido estricto podemos decir que existen tres tipos de métricas principales:
> Medición de la terminación
Tiene mayormente un enfoque de checklist para medir del desempeño de si se ha completado una tarea y cuándo, enfocándose en el esfuerzo destinado a la ejecución de una actividad o proceso puntual.
> El efecto
Conocido como performance management, se enfoca en medir resultados y el impacto de las acciones, por lo que el proceso no importa, solo los resultados.
> La competencia
Esta métrica se enfoca en las personas y si tiene las habilidades y capacidades para hacer lo que se necesita.
Resulta evidente el hecho de que las dos primeras tienen una naturaleza cuantitativa que las hace más simples de aplicar en un formato SMART (specific, measurable, attainable, relevant & time-bound); mientras que la última es mucho más abierta y genérica, lo que la hace más difícil de aplicar.
Una reciente encuesta de LinkedIn arrojó que el 28% de los encuestados mide principalmente la finalización, el 61% mide el efecto, solo el 6% mide la competencia y el 5% usa otros tipos de métricas.
¿Cuál utilizas tú en tu organización?
Expertos aseguran que las métricas de competencia son las ideales, ya que ponen a las personas en el centro, por tanto resultan éticamente superiores a los otros dos enfoques, lo que además da mejores resultados a nivel de performance general de negocio.
En resumen: la competencia causa el completar, y eso a su vez causa el efecto. Lo que significa que si queremos cambiar algo, debemos comenzar con las competencias de las personas, todo lo demás es simplemente un derivado y, por lo tanto, podría decirse que es menos importante.
Y tiene lógica. Para poder tener buenos resultados en un equipo de fútbol necesitas a los mejores jugadores. En una empresa pasa exactamente lo mismo, para conseguir resultados de negocio, necesitas a las personas mejor preparadas, de lo contrario ni todo el presupuesto o esfuerzos del mundo lograrán dar buenos resultados y las mediciones de desempeño nunca serán las correctas, sobre todo, si las personas con las competencias no adecuadas están en posiciones clave o de toma de decisiones dentro de tu organización, lo cual afectará todo el resto de departamentos, trabajos, ideas, iniciativas y ejecuciones.
Tener el talento mejor preparado es la clave. Para ello, lograr reclutar al personal ideal para las necesidades de cada área de tu negocio resulta básico ahora más que nunca, y nuestro programa DTES puede ayudar a tus ejecutivos de Recursos Humanos a lograrlo.